BIO
¿Toda la verdad? ¿Y nada más que la verdad?
Los inicios
La época del Jazz Corner
Me llamo Javier Repiso. Conocí a Lola Vázquez en la escuela de música del Jazz Córner (Sevilla) y conectamos al instante. Allí coincidimos con músicos espectaculares: Adrián Bosnea, Matheus Prado, Chema Tornero, Pamela Soulé, Nat Ruciero, Mónica Muñoz, Nuria Da Silva, Puri Nebot, Luli de León, Juan Carlos Rivilla, Ramón Manzano, Juanma Sánchez o José Luis Lebowski. Recuerdo aquella noche de febrero, desapacible y lluviosa, cuando entró en el club el célebre compositor Juan Carlos Calderón. No tardó en sentarse a tocar el piano, haciendo una espectacular versión del Blue Monk junto a Lola.
El Jazz Córner, heredero del desparecido Blue Moon, tiene el mejor escenario que hayamos pisado, e impone nada más entrar en el club. El sonido es espectacular. Tocar allí es otra dimensión, y nosotros tuvimos la enorme fortuna de poder iniciarnos en el jazz en tan emblemático local. Fue el lugar elegido para grabar en 2012 un bonito directo a sexteto, con Víctor Barco (batería), Matheus Prado (bajo), Adrian Bosnea (saxo y clarinete) y Rafa Arregui (piano).
La época BBC
Bodas, bolos y convenciones
Tocar en el Córner era lo más parecido a tocar en "casa", para lo bueno y para lo no tan bueno. Nuestras inquietudes aumentaban con nuestra capacidad de asimilar el nuevo lenguaje, así que, casi sin darnos cuenta, nos vimos tocando en multitud de eventos, bodas , pubs... y el crecimiento musical siguió su curso.
Nuestro debut como proyecto Jazzy Lola fue en el maravilloso restaurante "El Gallinero de Sandra" y, a partir de ese momento, el trasiego fue in crescendo. En esta época compartimos habitualmente escenario con compañeros como Matheus Prado, Víctor Barco, Chema Tornero o Rafa Arregui. También con otros músicos increíbles como Javi Ortí, Javier Delgado, Chiqui Cienfuegos, Nacho Guarrochena, Juan Clavero o Manolo Perales.
La actividad fue vertiginosa: cartel en la primera edición del Festival Jazz Higuera; un montón de kilómetros y risas entre boda y boda; actuaciones en espacios bellísimos (Villaluisa, Hotel Alfonso XIII, Museo de Carruajes o el Real Club de Golf); amenizaciones par algún que otro tope de gama (Mercedes, Natuzzi); colaboraciones con la Fundación Isabel Gemio;... Pero, sobre todo, nos estuvimos preparando duro para los retos extraordinarios que pronto llegarían.
Chicago, el musical
Un gran éxito de público
Rafael Jiménez y Manuel Halcón, del grupo Escaparteatro, se reunieron con Lola y conmigo en nuestro local de ensayo en calle Magnesio. Habían montado otros espectáculos musicales con éxito, pero con "música enlatada". Así que su siguiente aventura, "Chicago", querían emprenderla a lo grande en lo teatral (el elenco de actores y colaboradores era muy numeroso) y también en lo musical (voces e instrumentos en directo). Nuestra respuesta, por supuesto afirmativa, no tardó en llegar. "Primero lo hacemos y después ya vemos", como diría cualquier soñador/a inconsciente. Pero la realidad fue mucho más dura y casi nos supera, de no ser, fundamentalmente, por el trabajo de transcripción y adaptación de dos fenómenos: Matheus Prado y Chema Tornero. Ellos, además, dirigieron magistralmente un septeto formado por: Lola (voz); Javier (guitarras, cigar box, mandolina); Rubén Sánchez, Rafa Hernández y Juan Ramón Martínez (trompeta); Nacho Guarrochena (saxo); Víctor Barco (batería); Matheus Prado (bajo); y Chema Tornero (piano).
El proyecto se hizo realidad con una decena de actuaciones en varios teatros de Andalucía, alguno de ellos tan importante como el Teatro Cajasol de Sevilla, donde más de 4000 espectadores llenaron cada una de las actuaciones, y disfrutaron de una espectacular puesta en escena y una recreación musical de altísimo nivel.
The Jam-Tonic
La primera colaboración discográfica de Jazzy Lola
Lola fue la primera artista invitada a The Jam-Tonic, una jam sesion muy especial con más de siete años de actividad ininterrumpida. Y se ha vuelto tradición que vuelva abrir, como artista invitada, cada una de las temporadas.
Colaboró en la grabación del primer disco del proyecto, con el tema "Alfonsina y el mar" en los estudios del histórico Mikima Recods, una versión donde comparte protagonismo con Javi Ortí (saxo) y Rafa Arregui (piano).
Con The Jam Tonic, vivimos el inolvidable concierto en el salón CICUS, con un "sold out" que pasará a la historia por los más de 50 artistas (Prado Nevado, María Romero, Carmen La Plata, Anny Amarella, Puri Nebot, Rafa Colmenarejo y un larguísimo etc.) que llenaron (literalmente) el escenario, donde Lola interpretó en directo, de manera magistral, la versión de Alfonsina grabada en el disco. Con ellos también hemos tenido la oportunidad de actuar en eventos tan especiales como el Festival de Jazz de El Soberao (Dos Hermanas), y compartir escenario con artistas de la talla de Antonia Ferrá, Vicky Luna y Lovis G.
La época dorada
El Café Jazz Naima
El Café Jazz Naima era un pequeño bar en la Alameda, en pleno centro de Sevilla, que programaba música en directo los 365 días del año. Un local histórico donde actuaban grandes intérpretes cada noche, y el público (habitualmente) se sentaba realmente a escuchar, prestando mucha atención a todo lo que ocurría. Así, cada noche durante más de diez años, un milagro que tuvimos la inmensa suerte de disfrutar. Allí nos sentimos libres para tocar lo que nos diese la real gana. Pero no era fácil. El crecimiento de un artista se define por las "horas de vuelo" que atesora, y las del Naima nos valieron, sin duda, cinco veces más que las de cualquier otro lugar.
Nos presentamos tocando muy distintos repertorios y en diferentes formatos: Jazzy Lola on Broadway, On Brexit, a septeto, cuarteto, trío... con nuestros habituales compañeros de escenario y con otros nuevos como Álvaro Vieito o Juanmi Martín. Es en esta época cuando se incorpora de manera "fija" el parisino Thibault Benoit a la batería, que junto a Rafa Arregui (piano) y el tándem formado por Lola (voz) y un servidor, desarrollamos la química, el principal ingrediente em nuestra forma de hacer música.
Música y química
El primer disco de Jazzy Lola
La pandemia ha hecho estragos en el gremio de músicos. Los bolos volaron, y con ellos el trabajo y sustento de much@s compañer@s. Nuestro querido Café Jazz Naima cerró definitivamente con este mazazo, aunque ya el aumento colosal en el contrato de alquiler lo había sentenciado a muerte.
Tras muchas jornadas de encierro, fui a casa de Rafa Arregui a pasar unos días. Y ya se sabe lo que pasa, en el sentido creativo de la metáfora, cuando juntas fuego y gasolina...Decidimos visitar las instalaciones del recién estrenado Tempo Estudios (estudio de grabación de José Gómez y Shimo, ¡¡unos cracks!!) y alucinamos en colores. ¡Acabamos tocando en directo en la pizzería donde habíamos ido a cenar!. Y, con semejante subidón, llamamos a la jefa, a la Boss-a, ¡¡¡Lola!!! y nos decidimos: había llegado el momento de grabar nuestro disco.
Días después nos concentramos (Rafa, Thibault, Lola y yo) en Higuera de la Sierra, en el antiguo Asador que tantos conciertos de jazz ha conocido debajo de su centenaria higuera. Propusimos arreglar el disco ese mismo fin de semana y grabar el martes siguiente en Tempo Estudios. Teníamos horarios estrictos: tocar, componer, comer bien (los huevos de mi suegra, tomates del terreno, la gloriosa carne ibérica, el jamón...) y sentarnos por las noches a pedirle deseos a las estrellas fugaces que pasaran por allí (el mío se cumplió!!). Todo salió a pedir de boca, y con esos bonitos arreglos (Rafa Arregui estaba en estado de gracia creativo) y una Nana que la abuela trianera de Lola le cantaba de pequeña, nos fuimos al estudio.
La grabación fue lo más parecida a un parto: risas, tensión, prisas, dudas, amor,... ¡¡Respira hondo!!. !!Empuja!!. ¡¡Ya sale!!
Tanto esfuerzo ha merecido la pena y estamos felices de haber traído al mundo "Música y química". Ahora sólo falta que, también a ti, te haga sentir parte de esta bonita historia mientras lo escuchas.